“Todos perdones”
Pido “Todos perdones” a mis colegas traductores y lectores si a lo largo de este escrito utilizo una construcción distinta a la regular. En esta ocasión, quisiera hacer una reflexión acerca del poder de la lengua y de la capacidad de “adaptación mental” que podemos tener en caso de enfrentarnos a una construcción diferente para comprender una idea. ¡Y no, no me refiero a situaciones cuando el traductor debe descifrar lo que el creador del texto “quiso decir” o el traductor simultáneo* debe entender a un mal orador!
Hace algunas semanas fui al cine a ver una película muy curiosa (para niños, pero para todos), que considero interesante retomar y compartir con ustedes. Se llama “Home, no hay lugar como el hogar”. Digo curiosa, queridos colegas de traducción, puesto que gran parte de la personalidad de “Oh”, el personaje principal, está dictada por su forma peculiar de hablar.
“Oh” es un extraterrestre que habla en español; sin embargo, tiene una manera muy especial de hacerlo. Aquí lo interesante es que aun cuando su uso de construcciones gramaticales es completamente erróneo, grandes y chicos (que conste que no sé si había más traductores entre el público) logramos comprender las ideas y adoptar su estilo. Frases como: “¿Ya puedo salir al afuera?”, para preguntar si ya le es permitido salir del lugar donde lo tienen atrapado, inundan el guión – por cierto muy bien adaptado y con un extraordinario doblaje -con una carácter muy original.
Sin importar las conjugaciones o el orden de las palabras, entendemos y nos atrapa. “Debes llevándome”, “Ofreciéndote una tregua”, “Tu tiénesme de compañía en el auto”, son algunos ejemplos. Como los traductores sabemos, las ideas suelen reinar por encima de las palabras, y el lenguaje es tan poderoso que sin darnos cuenta hacemos los ajustes mentales y auditivos necesarios para omitir el error y capturar la idea. Aquello que aprendemos en la escuela y que practicamos todos los días pasa a segundo plano para que adoptemos un léxico distinto y rompamos un poco las reglas para relacionarnos con la idea frente a nosotros.
“Mi rostro es conociendo”, dice “Oh” refiriéndose a que es conocido por ser prófugo de la justicia, y que si no tienen cuidado él y “Tip” (su amiga y compañera de aventuras), los encontrarán y destruirán. Si nuestro personaje no tiene un rostro conociendo, dejo aquí un vídeo: (más Información)
Como verán, el lenguaje corporal y la transmisión de emociones por medio de éste también juegan un papel muy importante en el hecho de que el uso de las palabras pueda no ser el correcto. Si tenemos como apoyo visual los gestos y movimientos del personaje, complementamos la idea que escuchamos, aunque esté mal construida.
Y aquí va una pequeña reflexión para mis colegas traductores, sobre cuán interesante y prodigiosa es la lengua, y sobre nuestra capacidad mental de interpretación de las ideas. Es una película que pone el oído a prueba con un gran resultado.
“Te estoy hablando en el español”.
*A los intérpretes de conferencias suelen llamarnos traductores simultáneos por ello lo hemos incluido aquí, aunque en realidad somos intérpretes…