En esta cuarta entrega hablaremos brevemente de algunos aspectos que un intérprete debería tomar en cuenta cuando acepta participar en un proyecto en campo. Daremos por sentado que la combinación lingüística de trabajo se ha tomado en cuenta tanto como el que el intérprete tenga la experiencia necesaria en el tema en cuestión para desempeñarse. Aún así, hay otras cosas a tomarse en cuenta.
Dada la incertidumbre que rige la práctica del profesional independiente, los intérpretes suelen decir sí antes de preguntar detalles, muchas veces para asegurar un ingreso… ¡error!
La lista que se incluye a continuación es general y solo un punto de partida de reflexión para los colegas. Si bien, la lista se ha escrito en singular, eso incluye al equipo de trabajo que pudiera estar conformado por varios intérpretes dependiendo de las jornadas y otros criterios de decisión.
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Estado general de salud del intérprete para las condiciones que el proyecto demanda – Es responsabilidad del intérprete averiguar lo más posible para saber si está en condiciones de tomar parte en el proyecto con toda responsabilidad
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Sitio en que se llevará a cabo el proyecto. Este punto incluye la disponibilidad y condiciones de salud del intérprete para viajar al lugar, lo cual suele incluir viaje en avión y/o por tierra o mar en casos de sitios remotos – Hay intérpretes que tienen lineamientos muy personales con base en los cuales aceptan proyectos fuera de su ciudad de residencia y es importante evitar sorpresas tanto para él como para el cliente.
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Condiciones de seguridad e higiene laboral. Estos aspectos incluyen disponibilidad de un equipo de protección personal, incluyendo protección en entornos de ruido o en presencia de equipo o materiales peligrosos – No solamente el cliente es responsable de la integridad del intérprete, él mismo debe sentirse cómodo y seguro en todo momento.
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Facilidad del intérprete para moverse, trabajar de pie, caminar, estar al rayo del sol o en condiciones de frío – Es común que en el trabajo de campo pasemos mucho tiempo de pie y muchas veces a la intemperie. No todos los intérpretes están en condiciones de salud óptimas y muchos se cansan con rapidez.
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Fobias para trabajar en sitios elevados, espacios confinados o muy abiertos, o entre cierto tipo de animales – No todos los intérpretes tienen el estómago para hacerlo.
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Suficientes periodos de descanso, disponibilidad de agua y alimentos – Siempre hay que preguntar, no dejar todo a la suerte o apostar a que a alguien se le ocurra pensar en nuestro bienestar.
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Un sitio disponible como base de trabajo.
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Horarios bien definidos, claridad en el pago de tiempo extra y alternancia del equipo de trabajo. Es común que en el trabajo de campo las jornadas sean particularmente largas – Conocer el horario con antelación permite negociar horas extra o jornadas extendidas. La comunicación es muy importante, no se vale pensar siempre que el cliente quiere pasarse de listo porque muchas veces los horarios extendidos son inevitables.
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En los casos que vayan a implicar desgaste emocional particular, como pudiera ser trabajo en un rastro o en un centro penitenciario, hablar claramente con el intérprete sobre las particularidades del entorno y sus exigencias emocionales – Las convicciones, creencias o prejuicios de los intérpretes con respecto a los animales o algunas prácticas comerciales pueden interferir en su desempeño. Cada persona decide a qué está dispuesta y a qué no, pero es importante hacerlo antes de estar ya en el lugar de trabajo.
Podría pensarse que estos puntos son como una carta a Santa Claus que entregamos al cliente; también, podría pensarse, y con justa razón, que al cliente no se le ocurrirá pensar en todo eso. La responsabilidad es compartida, no únicamente del cliente final o del contratante, y el hecho de que ellos no tomen algo en cuenta no forzosamente quiere decir que estén en nuestra contra o quieren aprovecharse del intérprete. A final de cuentas, ¡quién conoce mejor que un intérprete lo que implica su trabajo!