En el entorno de la traducción (y de la traducción simultánea en conferencias, por extensión) la calidad puede ser un tema muy subjetivo. De bote pronto, cualquiera diría que una traducción de calidad es aquella que transmite lo mismo que el texto original. ¡Claro que el objetivo es poder transmitir las ideas lo más apegado posible al original!, por ello el día de hoy quiero compartirles cinco sencillas cosas que usted puede hacer, como cliente, para hacer equipo con su traductor y, en consecuencia, recibir un servicio de traducción con mayor calidad.
1.Busque un traductor profesional. Esta primera recomendación podría parecer obvia, pero con más de 30 años de experiencia en el mercado puedo decirle que en la práctica no es tan obvio y mucha gente sigue poniendo sus documentos en manos del amigo, el compadre y la sobrina sin estudios profesionales de traducción.
La traducción involucra, como primer paso, un amplio conocimiento de dos lenguas: la de salida y la de llegada (llamémoslas así para que sea muy evidente cuál es cuál), pero también involucra amplio conocimiento de la cultura y formación como traductor. Muchas personas tienen buen manejo de una lengua extranjera (primer requisito cumplido); también mucha gente conoce bien algún tema en particular porque ha trabajado en esa área o ha estado en contacto con ella (parte de este primer requisito). Otro grupo de personas han vivido o estudiado en extranjero (segundo requisito cumplido). Pero, en general, no basta con esto para desempeñarse bien porque hay técnicas y aspectos traductológicos que se conocen sólo con la formación y la práctica profesional.
¿Qué puede hacer usted? Pregunte a su prospecto de traductor sobre su formación académica y su experiencia “en traducción”, es lo que haría con un contador, y hasta con un técnico en computación, entonces ¿Por qué no hacerlo con un traductor del cual puede depender el cierre de un negocio, un trámite oficial o la resolución de una controversia? Apoyar a los amigos bilingües puede ser de muchas formas, no dándoles el trabajo que debe hacer un profesional.
2.Dé un poco de contexto. ¡Uno de los mayores retos para un traductor es el procesamiento de un proyecto conformado por listados, una presentación en Power Point o un documento con especificaciones de un producto! En la medida en que usted comparta el contexto y el vocabulario técnico que quiere que el traductor utilice, en esa misma medida él tendrá un marco de referencia que redundará en una traducción de mejor calidad. “Se trata sólo de una presentación de unas cuantas slides”… una observación así por parte de un cliente puede ponernos a temblar porque, además, un aparente número reducido de palabras debería implicar una mayor velocidad de procesamiento, y no siempre es así porque hay que buscar las ideas, entender lo que se quiso decir o adivinar, y eso no suele salir bien.
¿Qué puede hacer usted? Si va a solicitar una traducción de un documento de ese tipo, comparta con su traductor material de referencia que pueda darle un contexto del tema; platíquele para qué usará la presentación o el listado (sobre todo porque quien lea la traducción tendrá el contexto y si no hay información suficiente para que el traductor trabaje, el resultado podría parecer una pieza inconexa del todo).
3.Considere que la traducción toma tiempo. Es común que nuestros clientes recurran a nosotros cuando el tiempo apremia, y es común que piensen que si existen ya herramientas como Google Translate, qué tanto tiempo puede tomar una traducción. En este aspecto debo reconocer que contamos con más herramientas de las que teníamos hace 30 años, pero la traducción todavía depende de un componente humano fundamental: del cerebro, conocimiento y herramientas del traductor. En este punto es importante que usted sepa que los proyectos de traducción se procesan con base en la cantidad de contenido y tema. Me explico: los proyectos de traducción no están en función de hojas sino en función de palabras, de cantidad de contenido. De ahí que una página original pueda representar un conteo de palabras equivalente a tres cuartillas (o páginas estándar) o a media, todo depende. Y con respecto al tema, además de lo anterior, por más inofensivo que pueda parecer el texto, su procesamiento tomará tiempo de traducción, investigación, revisión y, a veces, envío (sobre todo en los documentos que requieren de la firma en original de un perito traductor, o traductor certificado).
¿Qué puede hacer usted? Mida sus tiempos, y tan pronto sepa de su requerimiento de traducción póngase en contacto con su traductor ¡No lo deje al último momento para que el tiempo juegue en su favor! Y, por qué no, invierta un poco de tiempo en platicarle para qué necesita el documento, de qué se trata y en cuánto tiempo lo necesita, porque eso permitirá al traductor establecer prioridades y hacer equipo con usted.
4.Genere documentos originales de calidad. Muchas veces cuando comenzamos a leer el texto fuente para nuestro trabajo nos damos cuenta de varias cosas:
A.El documento es ya una traducción de un original en otra lengua.
B.Adolece de una buena redacción.
C.Carece de revisión y control de calidad lo cual puede implicar contradicciones o falta de consistencia.
D.Es un documento escaneado a partir del escaneo del original, lo cual genera un texto original ilegible, borroso o incompleto.
Y otros retos más. ¿Por qué digo esto? Porque una traducción no puede ser buena si el documento original no ofrece material de buena calidad para trabajar. Esto es frecuente en este mundo globalizado donde el material promocional o técnico se genera en la oficina matriz y de ahí se distribuye a todo el mundo; o es común que se use un escaneo en ausencia del documento electrónico y esto dificulta nuestro trabajo. ¡El traductor no puede adivinar qué quiso decir quien redactó el texto?
¿Qué puede hacer usted? Lea el material que mandará a traducir para detectar problemas del tipo que acabo de mencionar. Luego, si detecta algún problema, trate de conseguir un material distinto que permita trabajar al traductor. Y si todo falla, al menos prevéngale del reto que encontrará para que se abra un canal de comunicación y puedan encontrar opciones juntos y generar un texto con la mejor calidad posible.
Comuníquese con su traductor. ¡Y no me refiero sólo a mandarle el documento en un correo electrónico!
Los traductores trabajamos para facilitar la comunicación entre personas que no hablan la misma lengua, pero debemos empezar por comunicarnos con nuestros clientes para entender bien lo que quieren en términos de los aspectos que ya hemos mencionado pero también para conocer preferencias o requisitos de terminología, para saber si él es el profesional idóneo por el tema y el tiempo necesario (si no lo es seguramente tendrá alguien más con quien referirle o con quién hacer equipo porque los traductores solemos trabajar en grupos). Por ende, hable con su traductor, concédale unos minutos y explíquele qué tan importante es el material a traducir para usted, para qué lo usará, a quién irá dirigido y seguramente el resultado será mejor, además de que se generará una mejor relación entre usted y su equipo de traducción. ¡No dé nada por hecho! Los traductores podemos conocer a mucho detalle distintos temas y contextos para nuestro trabajo pero no somos adivinos, además de que el auténtico experto es usted.
¿Qué puede hacer usted? Tómese el tiempo para hacer un pequeño glosario con términos de uso o preferencia, que bien pude ir haciendo crecer con su traductor. Recuerde que las distintas empresas tienen su propia jerga y cultura, por ello es importante que su traductor las conozca. Tómese el tiempo para abrir la comunicación entre los expertos y sus traductores para poder resolver dificultades técnicas.
Espero que estos breves consejos le permitan trabajar en forma más estrecha con su equipo de traducción y contribuya a elevar la calidad del producto final.
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