En estos días, la delegación Cuauhtémoc de la CDMX será la sede de un Curso de Albur. ¡Pocas frases más complicadas para el trabajo de los traductores que el albur!
¿Qué es un albur y por qué es tan retador para los traductores? De acuerdo con la Academia Mexicana de la Lengua, entre otras definiciones, un albur es un juego de palabras de doble sentido. ¡Con esto basta para saber por qué es un reto para nuestros colegas de la traducción!
La traducción de frases de doble sentido tiene la complejidad de incluir una enorme carga cultural. Y para los traductores eso representa un reto porque no se trata de la traducción de palabras a manera de frase. ¡No! Se trata de comunicar un mensaje que nada tiene que ver con las palabras que se pronuncian. En México el albur está en frases de comida, oficios, del cuerpo, o de cualquier palabra que pueda cobrar doble sentido; sin embargo, el doble sentido tiene una fuerte carga cultural y sexual, y en la mayoría de las veces, de género. Es posible que los traductores entiendan la frase, pero no forzosamente entenderán la intención real de esas palabras.
Además, el albur suele tener la finalidad de derrotar al interlocutor, de dejarlo sin palabras o sin comprender lo que se dice. ¡Y si ese es el fin último, los traductores mismos podrían ser derrotados!
Es interesante que leyendo sobre este tema encontramos que Lourdes Ruiz “La Reina del Albur”, quien impartirá los cursos mencionados arriba, dice que “Es un ajedrez mental y para jugarlo se necesita hacer uso de todas las palabras, leer y activar los dos hemisferios del cerebro, de hecho, los primeros albures están documentados en la historia prehispánica de nuestro país cuando los indígenas disfrazaban las palabras para burlarse de sus patrones. Es un lenguaje de resistencia”.
Además el albur es patrimonio cultural de la CDMX y su día es el 1º de marzo.
Entonces, ¿pueden los traductores con el albur? ¡Buena pregunta!