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Imprevistos y el Trabajo de Freelance

Trabajo de Freelance

Muchos traductores e intérpretes* somos profesionales independientes, y muchos de nuestros clientes también lo son. Si bien trabajar por nuestra cuenta nos permite seleccionar proyectos y administrar nuestro tiempo (ser nuestro propio jefe), también es cierto que trabajando así estamos expuestos a imprevistos con los que debemos lidiar y tratar de anticipar.

Parte de la “seguridad” que da trabajar en una empresa radica en que alguien más ha pensado en esos imprevistos: seguros de gastos médicos, seguro social, fondos de ahorro, días de ausencia con y sin goce de sueldo, y otras cosas que los profesionales independientes no debemos pasar por alto.

Una enfermedad (propia o de alguien cercano), un viaje inesperado, una muerte en la familia o alguna discapacidad (temporal o permanente) podrían alejarnos de nuestra actividad profesional habitual por días, semanas, meses o permanentemente.

¿Qué Podemos Hacer?

Los traductores y otros profesionales independientes podemos contar con un seguro de gastos médicos menores, de gastos médicos mayores, un seguro de viaje, pago de seguro social de manera voluntaria, plan de ahorros o un plan de retiro o cobertura por discapacidad como magníficas opciones; sin embargo, más allá de eso, podemos tomar otras acciones como construir un fondo intocable para imprevistos y apoyarnos en nuestros seres queridos, pero también:

  1. Seamos sinceros con nuestros contratantes. Es mejor que la gente que nos contrata sepa que estaremos fuera de circulación por unos días o más. Esto evitará que si llaman no tengan claridad de si deseamos o no trabajar con ellos o dudas sobre una constante falta de disponibilidad, y evitaremos así transmitir una idea equivocada.
  2. Administremos nuestros recursos. Un imprevisto no tiene palabra. En el mundo de la traducción o interpretación independiente es posible bajar los gastos, administrar la cobranza para que el dinero fluya lo mejor posible en forma más o menos continua una vez que estemos fuera de circulación, y es posible hacer un plan de administración personal según lo permitan las circunstancias.
  3. Apoyémonos en colegas. Si tenemos clientes directos, podemos apoyarnos en gente de nuestra confianza para que los servicios no se interrumpan. De esta forma, nuestros colegas y nosotros nos apoyaremos mutuamente y los clientes no sufrirán la falta de servicios.
  4. Midamos las fuerzas. La salud es lo más importante, pero es común que los profesionales independientes entremos en pánico si el trabajo (y la paga) no fluye y solemos precipitarnos a regresar antes de tiempo. Así que una vez listos para comenzar a trabajar, es importante retomar paso a paso para que los recursos retomen su ritmo sin comprometer la recuperación y nuestra paulatina reincorporación.
  5. Démonos tiempo para reconsiderar seriamente el rumbo. Es común que un imprevisto nos haga cuestionarnos sobre el rumbo de nuestra vida en lo profesional y personal. Démonos el tiempo para replantear, reorganizar, reflexionar, se vale.
  6. No nos desesperemos. Tengamos paciencia, pero pongamos manos a la obra.

La vida como profesional independiente (traductor, intérprete, arquitecto, médico, diseñador, abogado, o persona con algún oficio como la plomería o la mecánica) tiene muchas ventajas y retos particulares, y los imprevistos pueden estar a la orden del día. Éste es un buen momento para planear, hablar con profesionales de seguros o retiro, pero también para pensar en un plan de acción en caso de ausencia por enfermedad u otro motivo, hablar con colegas y explorar lo que nuestra asociación profesional puede hacer por nosotros. Es buen momento para hacer una lista de habilidades alternativas que podemos explotar y cuáles no tenemos que podemos cultivar. Pero, también, es momento de formular un plan B al cual recurrir en caso de un giro radical de nuestra vida.

(* A los intérpretes suelen llamarnos también traductores simultáneos).

 

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