Descubre a tu Mentor
Si nos tomamos un momento, seguramente podremos pensar en algunas personas que han iluminado nuestro camino, no sólo como Intérpretes o Traductores profesionales, sino en cualquier otra profesión a la que dediquemos. Así mismo, llevándolo un paso más allá, nos daremos cuenta de que esas personas también ayudaron a moldear lo que somos como seres humanos, fueron una semilla que luego se fue haciendo fuerte.
Quizás los primeros mentores que vienen a nuestra mente son nuestros padres o algún profesor; sin embargo cuántas veces hemos aprendido de algún colega durante un proyecto de Traducción o de un compañero Intérprete que comparte con generosidad lo que sabe. Cuántas veces el buen consejo de un jefe, si trabajamos en una empresa, nos ayudó a descubrir una mejor manera de hacer las cosas. Un mentor nos ayuda a encontrar el camino, ve nuestro potencial, nos cuestiona.
Recuerdo algunos de mis primeros proyectos de Traducción: siempre hubo una mano generosa que me ayudó a perder el miedo, a pulir, Traducir y retraducir, investigar, pulir. Qué decir que mi primer día en cabina de Interpretación con dos de mis maestras a quienes nunca dejaré de agradecer lo suficiente por haber creído en mí. Y luego, un sin número de ocasiones en que un comentario, una frase acertada, una duda aclarada, un consejo, una observación sobre mi desempeño me han ayudado a pulir poco a poco lo que hago.
Hasta ahí vamos bien, ¿pero si sólo recibimos, no queda algo a la mitad? Como cualquier otra Interacción humana saludable, la mentoría debe ser un camino con dos vías: vamos y venimos, damos y recibimos. Es un camino de generosidad. Si sólo recibimos, si no tendemos nosotros la mano a algún Traductor o Intérprete que empieza, o a algún colega que busca ayuda o un consejo, o si sabemos que un comentario nuestro puede ayudar a mejorar el desempeño (y por qué no, la vida) de otra persona… ¿no estamos dejando el proceso a la mitad?
Cierto es que ser un mentor implica generosidad y experiencia, y entiendo que la generosidad no es lo más común, particularmente en el competido mundo laboral. Pero si siempre esperamos a que el resto dé el paso, nos quedaremos inmóviles. Demos ese paso, te damos la mano a las nuevas generaciones, guiemos a los que vienen detrás, pidamos y demos retroalimentación a nuestros compañeros, seamos generosos en nuestros comentarios (como Traductores, como Intérpretes, como seres humanos) aprendamos a dar y recibir. Descubriremos el mentor y mentado que llevamos dentro. ¡Vale la pena!
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